Como no todo en la vida son series y películas, quiero hacer un breve resumen de mis ultimas vacaciones. Hace unos días volví de una de las mejores vacaciones de mi vida, estuve 11 días en Japón, y no solo pude disfrutar de uno de los países mas increíbles del mundo, también pude darme una idea de por que sus productos culturales son tan increíbles.
El conocimiento adquirido sobre Japón data desde mi infancia, los primeros productos nipones fueron los videojuegos con el Family Game y el anime, la animación japonesa, tal vez fue Robotech en The Big Channel, realmente no lo recuerdo. El boom del anime llego en los noventas en Argentina, Caballeros del Zodiaco, Sailor Moon, Dragon Ball, Supercampeones. Para mediados de los noventa teníamos un canal lleno de anime, Magic Kids y para principios del 2000, teníamos canales de anime para adolescentes y adultos, Locomotion. Cartoon Network se sumo a este boom y aún al día de hoy transmite Dragon Ball Super.
A medida que fui creciendo, me di cuenta que también existían las historietas japonesas, Mangas. Y empece a comprar mis historietas favoritas, Sailor Moon, Card Captor Sakura, entre otras. Sin dejar de lado las consolas de videojuegos y sus juegos siendo mis favoritos Pokemon y la franquicia de Mario. Todo este mundo me introdujo a una cultura sumamente diferente a la mía, comían con palitos en lugar de cubiertos, los uniformes de escuela eran como de marineros, manejaban de lado derecho, comían mucho arroz. Sus historias hablan de hombres y mujeres con superpoderes, de robots gigantes que peleaban contra monstruos gigantes. Historias de desencuentros amorosos dentro de una cultura muy reservada y diferente. Todo este consumo de productos me ayudo a conocer su cultura, sus costumbres (como sacarse los zapatos cuando entras a una casa) y sus creencias.
Muchos de los productos que se generaron en este país son parte de mi vida, de mi infancia principalmente pero también de mi identidad y por eso este viaje fue tan esperado.
En este país Godzilla, Mazinger, Ultraman, Mario, Pikachu, Totoro, Gundam, One Piece, Goku y Hello Kitty, es lo mas grande que existe. Por que estos productos no son solo dibujitos o series, es parte de la identidad de toda una nación, como el dulce de leche y el asado para nosotros. Son tan importantes como el sushi y el Monte Fuji. A diferencia de lo que puede pasar en otros países, tanto los manga y anime son consumidos por personas de las edades. Hay mangas para todos los gustos y etapas de la vida. Y la animación se transmiten en canales de televisión, en cualquier horario y para todos los gustos. Los personajes de manga, anime y videojuegos son tan importantes que están en todos lados, ademas del merchandesing, también están en comidas, publicidades, muestras de museos, hasta estatuas.
Me gustaría poder destacar tres aspectos que resultaron generaron mayor fascinación y reafirmaron o superaron todo lo que esperaba de este viaje.
En principio la cultura japonesa es muy diferente a la occidental, sus creencias religiosas, son principalmente Sintoístas o Budistas, podemos ver templos de ambas religiones por todos lados. También son muy supersticiosos, creen en los malos espíritus, en hechizos y amuletos para el amor, para la suerte, los estudios.
Los japoneses tienen Samurais en lugar de caballeros y son un símbolo de la ética, el honor y la dignidad, son un símbolo de la cultura japonesa. Todos se comportan de forma correcta, son silenciosos, cordiales, comprensivos y predispuestos a ayudarte. Y si resulta muy extraño viajar en un tren donde todos están callados, donde no suenan celulares, por que el volumen en los celulares o cualquier dispositivo electrónico, esta prohibido. Hay una cultura construida en un nivel de empatía superior, siempre pensando en el otro, en no molestar al otro, en no cargarlo con mis problemas.
En las estaciones de tren para que el transito sea ordenado, uno siempre debe mantener su derecha. Y así todo funciona del modo debe ser, de forma eficiente y ordenada.
En segundo lugar es su historia. Japón atravesó varios procesos de reconstrucción, shogunatos, emperadores, guerras contra Corea y China, participación en las guerras mundiales.
Hacia fines del 1800 comenzó una occidentalización en Japón, pasando de Shogunes, que estaban en un periodo feudal, a comenzar a darle el poder a los Emperadores junto con la revolución industrial, un cambio en la estructura social y una fuerte militarización, lo que se conoce como la Restauración Meiji, lo que dio inicio a un Japón moderno. Este proceso de militarización finalizo con uno de los suceso mas atroces de la humanidad, la detonación de dos bombas nucleares en territorio japones, la primera en Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y la segunda en Nagasaki el 9 de agosto de 1945. Los horrores de este evento fueron un quiebre en la sociedad nipona.
La reconstrucción de Japón post guerra fue uno de los factores clave para el crecimiento de la industria de este país y lo que hoy conocemos como el Japón actual. Los que nos dejo la época feudal fueron castillos gigantescos, templos y santuarios, con la típica arquitectura oriental.
Un último aspecto son los paisajes, totalmente peculiares y por momentos surrealistas. Vemos un contraste entre un Japón antiguo de templos, santuarios y castillos, contra un Japón tecnológico y moderno con edificios gigantes, pantallas y letreros con luces incandescentes.
Los templos son mágicos, llenos de colores, principalmente rojo, con estatuas de deidades y sacerdotisas vestidas con trajes tradicionales, blanco y rojo. Ver una pagoda gigante o un castillo feudal bañado en oro, entre medio de edificios super modernos. Ferias dentro de los templos donde se vende comida autóctona y ver a las nenas y mujeres paseando en esos hermosos kimonos con estampas repletas de colores.
Las calles sin veredas, las estaciones de tren tienen música cuando se acerca una formación o se cierran sus puertas, los semáforos con música, los baños tienen música, todo tiene música. Las callecitas angostas que parecen todas peatonales, llenas de cables de luz y carteles luminosos verticales para promocionar negocios o restaurantes que están en el segundo o tercer piso de un edificio. Shibuya le compite y tal vez le gane a Time Square en locura de gente y cantidad de pantallas y colores. Las casas una al lado de la otra, sin medianera, ni rejas. Sin direcciones y con el nombre de la familia que vive en esa casa.
Las zonas mas alejadas de la ciudad, tiene casas esparcidas y cada una con su propia huerta con verduras o tulipanes. El Monte Fuji, un gigante de 3,776 metros, no hay foto que le haga justicia a semejante espectáculo, es tan grande que se puede ver desde Tokyo pero los edificios lo tapan.
Y finalmente los cerezos, que pudimos ver muy pocos florecidos, pero los vimos. Cuando sopla una leve brisa, los pétalos de los cerezos caen imitando a una nevada de color rosa. Simplemente mágico.
Me quedo corta con todo lo que acabo de relatar, tengo cientos de anécdotas y detalles para contar, desde lo increíble de los inodoros que te calienta la tapa a como la TV Tokyo nos filmo durante nuestro recorrido al Monte Fuji. Qué mas decir? Vayan! Sean fanáticos de la cultura japonesa o no, van a quedar de la croqueta con todo lo que puede ofrecer este país.