Por Facu Gari
Solía ser de la gente que compraba celulares chotos y/o viejos: se me hacía —se me hace— tonto gastar un dineral en un aparato para llevar conmigo por la calle. Hasta que conocí a Carlos en una agencia de marketing digital. Carlos tenía un celular plateado sin marca a la vista: pensé que era una especie de genérico. Pero no. Era un Xiaomi, me explicó. Y me contó qué onda. Desde entonces soy un evangelizador de la marca china. Tanto que en mi cumpleaños los de la oficina me hicieron un regalo con una tarjeta en la que salgo como un vendedor de Sprayette ofreciendo un Mi A2.
El motivo por el cual recomiendo estos celulares es simple: son hermosos, son potentes y son baratos. En China, Chile, Colombia, España, India, México, Rusia, Panamá y Perú (donde Xiaomi tiene tiendas), además de entre seguidores y geeks, la empresa es conocida como “la Apple china”, no sólo porque sus celulares tienen un parecido inobjetable con los terminales de la manzanita sino porque también es una compañía de tecnología en sentido amplio antes que una factoría de celulares. Con el logo que dice “Mi” podemos hallar computadoras, aspiradoras, televisores, auriculares, relojes, zapatillas y mochilas, entre otros productos que tienen como común denominador el yeite de lo inteligente e innovador.
Hace dos años no los conocía nadie. Ahora cada tanto me cruzo con gente que tiene uno. Yo mismo he convencido a familiares y amigos de las bondades de un Xiaomi. En esa popularidad creciente tuvo que ver el lanzamiento, hace casi dos años, del Mi A1, el primer equipo del sello nipón con Android puro, cuestión que lo popularizó bastante entre programadores y gente del palo de la cultura libre. Claro, también tuvo incidencia la aparición de Huawei en la Argentina, una marca que empezó a romper con cierto prejuicio relativo a “lo de segunda” sobre las marcas chinas.
El resto de sus equipos viene con un firmware montado sobre Android: la capa de personalización MIUI (“Me You I”), que añade funciones y aplicaciones que el Android puro no posee (una fundamental: la radio FM, en tiempos en que Google está prescindiendo de su software, aún en equipos con el hardware necesario, en una movida por forzar que se deje de incluir ese componente y escudado en la masividad de los servicios de streaming). Me encanta el MIUI: es muy estable, lo están actualizando todo el rato, luce muy bien y permite personalizar temas y utilizar gestos que el Android puro no incluye.

Yo tuve un Redmi Note 4 (que le vendí a un amigo), un Mi A1 (que me robaron del bolsillo en el subte) y un Redmi Note 5, el actual. Los tres me gustaron mucho en muchos aspecto, pero me detengo en dos que me suelen consultar: la cámara y la batería. Las cámaras son en general muy buenas. Dependiendo del modelo, por supuesto, tienen mejores prestaciones. Las baterías, por su parte, son uno de sus puntos más fuertes: con un uso intensivo, las de los equipos de gama media superan el día de duración.
¿Por qué salen tan baratos con respecto a otros celulares de prestaciones similares? Hay un montón de artículos que teorizan al respecto, incluso observando contradicciones con respecto a la estrategia oficial. Ésto es lo que Xiaomi dice: su modelo de negocios está basado en ofrecer equipos económicos, ahorrando costos como los de publicidad tradicional, que son muy altos y que suplen a través de campañas digitales y confiando en el boca a boca de los usuarios. Antes ni siquiera tenían tiendas: sólo se vendían en Internet. Las ganancias están sobre todo en el software, los productos de su ecosistema que amplían la experiencia (yo tengo una Mi Band 2) y los servicios de atención técnica.
En la Argentina no he visto que se comercialicen de modo oficial (cada tanto, algún diario anuncia su inminente llegada), aunque se pueden conseguir en MercadoLibre y tiendas como Tecnositio, por supuesto más caros de lo que nos saldrían comprados en Aliexpress (se pueden adquirir, claro, pero hay que estar dispuesto a esperar varios meses por cuestiones aduaneras) o durante unas vacaciones en alguno de los países donde se venden en la vía pública. Ahora mismo en MercadoLibre un Xiaomi Mi9 SE de 64GB (¡baba!) se consigue por 22.900 pesos (con envío incluido), mientras que en Aliexpress está a 285 euros, menos de 16.000 pesos. Tené en cuenta que si lo pedís a China tenés que pagar los impuestos aduaneros argentinos, y aún así en la mayoría de los casos seguirá quedándote más barato. Para conocer los detalles de cómo comprar en Aliexpress te recomiendo el sitio web AliArgentina, que cuenta con tutoriales muy completos y un grupo de Facebook para despachar envíos y dudas.