Después de 15 años desde que finalizó notamos que Friends no envejeció tan bien. Homofobia y machismo son algunos de los temas discutibles y Ross el personaje más cuestionado.

Por Bel Nardone

Podemos decir que Friends es una de las series que influenció a varias generaciones y el rewatching tuvo su auge el año pasado cuando la serie completa se disponibilizó en Netflix y fue evidente que envejeció mal. El comportamiento de estos seis amigos puede ser inapropiado en la actualidad y uno de los personajes que despierta mayor polémica es Ross Geller.

Interpretado por David Schwimmer, Ross es un profesor de paleontología, inteligente académicamente pero socialmente incómodo, un nerd. Cuando inicia la serie Ross se separa de Carol, su esposa, ya que ella llega a aceptar su lesbianismo y decide finalizar el matrimonio. Lo que implica una serie de chistes homofóbicos para su ahora ex y su nueva pareja, un claro comportamiento defensivo al tener su masculinidad herida.

Luego de su fallido matrimonio, la fijación amorosa es Rachel, la mejor amiga de su hermana Mónica, de quien estuvo enamorado toda su vida. Entre varios idas y vuelta, la relación entre Ross y Rachel es esencial para el desarrollo de la serie, y que muestra las peores facetas de Ross como novio, posesivo, controlador, celoso, neurótico, tóxico y amenazado por el desarrollo profesional de su pareja. Estos aspectos son una constante, generado conflicto de la pareja y que para sorpresa del espectador actual son claramente machistas.

También podemos hacer hincapié en episodios concretos en los que Ross siente su masculinidad amenazada. Por ejemplo en el capítulo “The One with the Male Nanny”, Rachel desea contratar un niñero, Sandy (Freddy Prince Jr), para Emma la hija que tienen en común. En este capítulo se hace foco en temas como los roles de género, la hipermasculinidad y lo heteronormativo. La incomodidad de Ross porque un hombre sea niñero desafía su concepto sobre que género debe desempeñar este trabajo y dudando de la heterosexualidad Sandy. Finalizando el capítulo descubrimos que la conducta retrógrada de Ross procede de sus traumas en la infancia cuando su padre lo criticaba por jugaba con dinosaurio y no ser “lo suficiente hombre”.

Lo mismo sucede en “The One with the Metaphorical Tunnel” cuando su hijo con Carol, juega con Barbies. Este rechazo a que su hijo opte por juguetes “para nenas” surge por haber sido juzgado por jugar disfrazado como mujer cuando era chico.  

Hablamos con Paula Giménez, periodista especializada en perspectiva de género y sexualidad al respecto y nos comentó: “Socialmente estaba bien visto y el amor romántico era la única posibilidad de amor que esta sociedad capitalista te daba. Hoy gracias a internet, por ejemplo, tenemos acceso a información que deslegitima esos discursos y nos vuelve conscientes de ese tipo de vínculos y de lo nocivos que son. Irónicamente, ella es fanática de Friends y su personaje favorito es Ross.

No obstante, ¿es válido juzgar al personaje sin tener en cuenta el momento histórico? Paula nos responde a esta pregunta: “Creo que no se puede medir con la misma vara algo que ya tiene más de ¿diez años? Nuestra cultura y consumos cambiaron desde el 2015, como para poner una fecha de partida de esta nueva ola en nuestro país. (…) desde ahí para adelante se puede juzgar todo con el nuevo paradigma pero mirar series viejas y utilizar el mismo parámetro es un error, porque si bien el personaje de Ross es de un novio violento y controlador, en ese momento ese tipo de vínculos siquiera estaban en cuestionamiento”.

Un dato no menor para entender el contexto en el fue creado el personaje es que según “The Writers Guild of America” en el año 1999, el 75% de los escritores de Friends eran hombre y el 93% de esos hombre eran blancos.

Concluimos compartiendo lo escrito por Christine McCullough, una estudiante Ciencias Sociales de Rochester Institute of Technology, en su ensayo “The One With All the Misogyny: Ross Geller’s role in Friends”. Plantea que el impacto de las sitcom en la cultura popular y Friends como influencia social al punto que modificar nuestro lenguaje y comportamientos. Sostiene que los autores exponen la relación como una idealización de lo romántico pero que al ser un producto cultural tan mainstream, tienen una responsabilidad de denunciar y abrir el diálogo de las relaciones enfermizas.

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